Por Salvador Cervantes
Después de varias semanas de inactividad en el Atlántico, el ciclón Earl logró librarse del Polvo del Sahara para impactar la noche del miércoles y madrugada del jueves las Costas de Belice y puso en alerta diversos estados de la República.
Éste sistema es el primero de la temporada que pone a prueba la operación de los Sistemas de Protección Civil y aunque en mi percepción ha habido alguna deficiencia en la emisión oportuna y oficial de información, sobre todo en el SIAT y las medidas preventivas que debiera ejecutar la población. Todo parece indicar que el sistema «aceitará» los mecanismos de acción con miras a la parte más intensa de la temporada de lluvias y ciclones tropicales en los próximos meses, y es en este sentido que haré mis observaciones.
Lo primero que quiero señalar es que el salir avante del impacto de un fenómeno como un huracán depende de dos factores: por un lado una buena coordinación de las instancias que conforman los Sistemas de Protección Civil sustentada en la aplicación de Planes y estrategias de operación, alerta y prevención. Y por el otro lado una activa participación de la población en acciones de preparación, reducción de riesgos y resguardo, sin embargo en muchas de las ocasiones estos dos componentes no están vinculados.
Es importante que las instancias gubernamentales comprendan y evalúen el grado de socialización que tienen sus planes y programas, asegurarse que la información llega de manera oportuna, adecuada y suficiente a la población y en ello también está procurar que sea incluyente a sectores específicos como indígenas, personas con capacidades diferentes, comunidades dispersas, entre otras.
Por nuestra parte, la población, tenemos la obligación y responsabilidad de mantenernos atentos a las recomendaciones de las autoridades pero sobre todo, acatar las indicaciones.
Los Sistemas de alerta emitidos por instancias oficiales tienen el propósito de salvaguardar anticipadamente la vida y patrimonio, pero si somos omisos de sus indicaciones este objetivo no será logrado.
Por ello reitero que la prevención es una responsabilidad conjunta de sociedad y gobierno.
Hoy, en vísperas de las semanas que estadísticamente son las más intensas de la temporada de lluvias y ciclones, es momento de revisar las áreas de oportunidad que tenemos para mejorar las acciones preventivas y en ello todos tenemos mucho que hacer.
Hasta la próxima.