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Trump esboza un gabinete de supremacismo blanco; excluye a hispanos

Londres, Inglaterra (Excélsior).- El equipo de transición del futuro presidente de Estados Unidos ha revelado 66 nombres de posibles candidatos a ocupar 16 secretarias-consultorías claves en su administración: 93% son anglosajones (de raza blanca) y 85% son hombres. No figura ni un solo mexicano o hispano.

Sólo cuatro afroamericanos, un hombre de ascendencia india y una mujer asiática reflejan la diversidad de este equipo. Todos republicanos, mantienen posiciones extremas o negativas sobre inmigración y México.

El afroamericano David Clarke, actual sheriff de Milwaukee, está nominado para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional. Sus declaraciones son similares a las del controversial sheriff Joe Arpaio del condado de Maricopa en Arizona.

Controlaría el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), la Patrulla Fronteriza, el Servicio Secreto y todos los servicios de deportaciones, mismos que regresaron a casi 3 millones de indocumentados, 65% de ellos mexicanos, un aproximado de mil 100 por día, 46 por hora, durante los ocho años de gobierno de Barack Obama.

Ken Blackwell, también afroamericano, ha sido anunciado a dirigir el Concilio de Políticas Domésticas, agencia federal encargada de alinear las decisiones morales con los objetivos nacionales.

El religioso de Ohio se refiere a los homosexuales como “pecadores”, “cleptomaniacos”, “rateros” y “pirómanos”. Los culpó por el asesinato de seis personas en Isla Vista (2014) y pide “terapia reparativa”, hablando sobre “tratamientos” químicos, algunos induciendo el vómito, para curar estas “enfermedades”.

Pertenece a la mesa directiva de la Asociación Nacional de Rifles (NRA) y su organización, Family Research Council, es catalogada por como un “grupo de odio” por el Southern Poverty Law Center.

La senadora creadora de la ley anti mexicana y anti inmigrante más tóxica de los Estados Unidos, la Arizona SB 1070, que permitía detenciones policíacas utilizando “racial profiling”, está encaminada a dirigir el Departamento del Interior de los Estados Unidos.

Jan Brewer, anglosajona, ex gobernadora de Arizona, probablemente la mujer más odiada y recordada por mexicanos e inmigrantes en su estado, compite por este puesto junto con la ex candidata presidencial y promotora de la tortura Sarah Palin y las igualmente conservadoras Mary Fallin, gobernadora de Oklahoma, y Cynthia Lummis, congresista de Wyoming .

¿QUÉ LE QUEDA A MÉXICO?

De 66 posibles candidatos -identificados de esta manera inicialmente por The Washington Post– casi todos nacieron en un periodo en donde la segregación racial era legal y la esclavitud añorada y promovida bajo las leyes y la era de Jim Crow.

La mayoría de los 66 creció en pueblos o regiones sureñas y del Medio Oeste, donde la existencia o tolerancia de diversidad étnica, religiosa y cultural era y sigue siendo reducida.

Restaurantes, escuelas, hospitales, centros sociales, todos los servicios públicos, privados, empresariales estaban legalmente obligados -a nivel federal, estatal y local- a discriminar y excluir negros en favor de blancos antes de las leyes civiles de 1964 y, en la práctica la segregación se mantuvo en los años setentas y ochentas.

Senadores federales México-Americanos, apenas han existido un puñado: Octaviano Ambrosio Larrazolo, Deniss Chávez y Joseph Montoya de Nuevo México, pioneros en los años cuarenta.

Hoy Catherine Cortez Masto, anglosajona, de pelo castaño y abuelo nacido en Chihuahua, con poca relación o interés con México, será la única representante de este grupo -a partir del tres de enero del 2017- la nueva senadora de Nevada. Su gobernador Brian Sandoval, también es de origen mexicano.

Nuevo México también tiene a la gobernadora Susana Martínez.

A nivel presidencial, va de salida Julián Castro, secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, quien no hablaba español, pero tomaba clases de latín y japonés y jugaba tenis cuando estudió leyes en Harvard y Stanford.

En 2016-2017 tampoco hay alcaldes de metrópolis importantes. Jesús ‘Chuy’ García, candidato en Chicago en 2014, sufrió un vergonzoso fracaso que repercutió en otras ciudades.

Antonio Villaraigosa fue alcalde en Los Ángeles (2005-2013), Henry Cisneros y el citado Julián Castro en San Antonio, Federico Peña en Colorado en los años ochenta.

Mantienen un fuerte liderazgo regional, pero ninguno, excepto el demócrata Castro y la republicana Martínez, fueron considerados como candidatos vicepresidenciales o directores de secretarias federales.

José Rodríguez (puertorriqueño), fue el único nombrado en CNN, BBC y medios de comunicación internacionales como un serio candidato para dirigir una secretaria federal, la CIA.

Fue el arquitecto del programa de tortura, prisiones secretas y procesos de interrogaciones forzadas de la administración de George W. Bush.

Durante los últimos diez años, sólo hubo tres senadores latinos: Ted Cruz, Marco Rubio y Bob Menéndez. Cubanos, hijos de padres y/o abuelos refugiados o inmigrantes económicos. El texano Cruz es ardiente opositor de la reforma migratoria.

El panorama actual pudiese contradecir y evidenciar falacias, hipérboles y expectativas político-electorales -reproducidas en Univisión, Telemundo y canales televisivos estadunidenses- sobre la existencia de un “gigante dormido” y una nueva generación de mexicanos mejor preparados y políticamente activos.

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