Por Doraliz Terrón Moreno
Puerto Vallarta, Jal.- Cada vez son más los casos que usuarios reportan en torno a la mala atención, cobros excesivos y abusos por parte de taxistas, sin que las autoridades municipales hagan algo al respecto.
Tal es el caso de Nadia Colín Nava, quien denunció que el sábado 15 de julio a las 5:12 p.m. fue objeto del abuso de un taxista y el contubernio de los policías municipales.
Relató que tomó un taxi de Avenida Las Palmas hacia la calle Francia en la colonia Versalles, sabiendo que la tarifa habitual es de $80 pesos. Sin embargo, al llegar a su destino el chofer le informó que serían $120 pesos, por lo que la usuaria refutó y pidió le mostrara las tarifas, dado que es un viaje que toma con regularidad y por ello conoce el costo del mismo.
El chofer del taxi 961 se negó a respetar el precio regular y amenazó a la mujer, -quien además viajaba con su bebé recién nacida y la abuela- e incluso detuvo a la patrulla PV-305 para solicitar apoyo y hacer presión ante la negación en esta exagerada tarifa.
Finalmente, los policías actuaron amedrentando a la señora para exigir se cubriera el monto que el chofer designó, no obstante la señora explicaba la ilegalidad y abuso con el que estaban actuando en complicidad.
La señora decidió interponer una denuncia ante el Sindicato de Taxistas, por lo que se espera haya un castigo para el abusivo taxista, así como una respuesta por parte de la Dirección de Seguridad Ciudadana sobre la actuación irregular e irrisoria de los elementos de la policía municipal.
Sin ley ni castigo, taxistas también se estacionan donde quieren
Una denuncia más sobre el actuar de taxistas en Puerto Vallarta y es Luis Jiménez quien exige se haga algo al respecto, puesto que cuando un ciudadano se estaciona en un sitio de taxis, es objeto de multas y hasta agresiones o daño en el vehículo por parte de los choferes.
Señaló que el domingo 16 de julio alrededor de las 9 de la noche, el chofer del taxi 350 se estacionó en la zona de motos y bicicletas designada en el estacionamiento de Macroplaza, a pesar de que un usuario de bicicleta le hizo la acotación de que estaba estorbando un espacio que el usaría, dado que quería resguardarse de la intensa lluvia que se había presentado y estos espacios están diseñados por su facilidad para poner candado y cadena en dichos medios de transporte.
Puntualizó que de nada sirvieron las quejas y la solicitud de moverse, puesto que el taxista permaneció en el espacio y además lanzó la advertencia y acotación de que nadie lo iba a multar y él se estacionaba donde quisiera.
En ambos casos se denota la prepotencia, irresponsabilidad y desdeño hacia los lineamientos municipales y sus autoridades, creyéndose intocables ante multas y sanciones por su ilegal actuación.
