(NewYorkTimes) La misión del ejército israelí para rescatar a cuatro rehenes fue una operación poco habitual que requirió semanas de planificación y recibió el visto bueno final solo unos minutos antes de comenzar el sábado por la mañana, según funcionarios israelíes.
Las fuerzas especiales israelíes, respaldadas por el ejército, los servicios de inteligencia y la fuerza aérea, asaltaron dos edificios separados por varios cientos de metros en un barrio de Nuseirat, en el centro de Gaza. Trajeron a los cuatro rehenes —Noa Argamani, de 26 años; Almog Meir Jan, de 22; Andrey Kozlov, de 27; y Shlomi Ziv, de 41— vivos y en buen estado de salud de vuelta a casa. Un agente de policía, que formaba parte de la fuerza que dirigió la redada, resultó muerto.
Decenas de palestinos, entre ellos mujeres y niños, murieron durante la operación de rescate, según funcionarios de salud locales de Gaza. El ejército israelí dijo que había atacado a militantes que habían amenazado a sus fuerzas cuando intentaban extraer a los rehenes. Ni el ejército israelí ni las autoridades de salud palestinas facilitaron un desglose de los civiles y combatientes muertos en la operación.
Los soldados israelíes han arrasado gran parte de Gaza desde que comenzó la invasión terrestre a finales de octubre. Sin embargo, solo han logrado rescatar a siete rehenes vivos en tres operaciones militares distintas, y quedan unos 120 cautivos en Gaza. Varias misiones de rescate propuestas no siguieron adelante por temor a que los rehenes o las fuerzas militares murieran en el proceso, según dos funcionarios de defensa israelíes, que hablaron bajo condición de anonimato sobre la delicada operación.
En diciembre, las fuerzas especiales israelíes intentaron rescatar a un rehén del cautiverio de Hamás, según los dos funcionarios de defensa. Sahar Baruch, un rehén israelí, murió durante el intercambio de disparos y dos oficiales israelíes resultaron gravemente heridos.
Según uno de los funcionarios de defensa, los servicios de inteligencia israelíes supieron en un primer momento que Argamani estaba retenida en un edificio situado en la superficie, cerca de la zona del mercado de Nuseirat. Más información recibida posteriormente indicaba que otros tres rehenes se encontraban en otro edificio de la misma sección, añadió el funcionario.
El contralmirante Daniel Hagari, portavoz militar israelí, declaró que los oficiales israelíes habían trabajado durante semanas para reunir las piezas necesarias para la misión. Los soldados israelíes se entrenaron intensamente basándose en modelos de los edificios donde se creía que estaban los rehenes, añadió.
“Se trataba de una misión en el corazón de un barrio civil, donde Hamás se había escondido intencionadamente entre viviendas con civiles y terroristas armados custodiando a los rehenes”, dijo Hagari. “Y debemos actuar de forma que esos rehenes vuelvan a casa con vida”.
En las últimas tres semanas, hubo varias ocasiones en las que parecía posible llevar a cabo la operación, pero todos los intentos se cancelaron, antes de que las fuerzas israelíes se dispusieran a lanzar la misión, dijeron los dos funcionarios de defensa israelíes.
El jueves, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, volvieron a reunirse con altos funcionarios de Defensa para discutir los riesgos de la operación y los posibles escenarios, dijo un tercer funcionario israelí, quien habló bajo condición de anonimato.
Los líderes del país dieron luz verde a la misión de rescate esa noche, dijo el funcionario. Pero aún existía la posibilidad de que fuera cancelada en el último minuto, dijo Hagari.
El sábado por la mañana, Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor, y Ronen Bar, director del servicio de inteligencia israelí Shin Bet, dieron el visto bueno final pocos minutos antes de que comenzara la operación, alrededor de las 11 a. m., explicó Hagari.
Añadió que optaron por actuar a la luz del día, enfilando hacia los dos edificios de Nuseirat, en un intento de tomar desprevenido a Hamás, ya que el grupo armado podría esperar que una operación de este tipo tuviera lugar por la noche.
El asalto comenzó simultáneamente en ambos edificios, donde los rehenes se encontraban en habitaciones cerradas rodeadas de guardias armados, según Hagari. En uno de los edificios, donde estaba retenida Argamani, los agentes consiguieron sorprender a sus captores de Hamás, explicó. En el otro, las fuerzas israelíes se enzarzaron en un difícil tiroteo antes de alcanzar a los tres rehenes restantes, añadió.
Mientras recuperaban a los cautivos, los oficiales anunciaron por radio que “los diamantes están en nuestras manos”, utilizando una palabra clave asignada, dijo Hagari.
Salieron de los edificios mientras los militantes de Hamás les disparaban y lanzaban granadas propulsadas por cohetes, explicó Hagari. Los oficiales cubrieron a los rehenes con sus cuerpos para intentar protegerlos, y la aviación israelí atacó la zona y sus alrededores, apuntando a los militantes, añadió.
Khalil Daqran, funcionario local del Hospital de los Mártires de al-Aqsa, en Deir al Balah, dijo a la prensa que muchos palestinos murieron y resultaron heridos durante los ataques cerca del mercado de Nuseirat, que, según él, estaba abarrotado de transeúntes.
Hagari dijo que le habían informado de que el ejército tenía conocimiento de bajas palestinas como consecuencia de la operación, y que no podía confirmar cuántas eran militantes. Añadió que Hamás había intentado disparar contra las fuerzas israelíes desde detrás de civiles.
Añadió que “la forma cínica en que Hamás está utilizando a la población también para disparar contra nuestras fuerzas” fue “trágica”.
Los rehenes fueron llevados en auto a dos helicópteros que los esperaban, dijo Hagari. Uno transportó a Argamani y a los oficiales de las fuerzas especiales. El segundo transportó a los tres rehenes restantes y a un comandante de policía lesionado, quien más tarde moriría a causa de sus heridas.
Hacia la 1:30 p. m., el gobierno israelí anunció que los cuatro rehenes estaban en casa.