Por: Alejandro Muñoz
Puerto Vallarta, Jal.- El estero El Salado cumple 22 años de ser el riñón, pulmón y corazón no solamente de Puerto Vallarta, sino de toda la Bahía de Banderas, y esto, a pesar de los embates de contaminantes y el crecimiento urbano que día a día lo pone en riesgo.
Fue precisamente un jueves 27 de julio de año 2000, siento gobernador del estado de Alberto Cárdenas Jiménez, que se declaró como Área Natural Protegida, bajo la categoría de Zona Conservación Ecológica al estero El Salado, tras una Largo lucha por parte de ciudadanos y activistas que impidieron su desaparición que, en ese momento como lamentablemente continúa ahora, era amenazado por el desarrollo urbano.
Sin embargo, al paso de 22 años, este ecosistema nos ha demostrado su importancia biológica, pero sobre todo su capacidad de auto regenerarse, a pesar de las descargas de aguas negras, basura, incendios, entre otros actos humanos que amenazas con destruirlo.
Jaime Torres Guerrero, director del estero El Salado, destaca que en la actualidad el estero se encuentra fortalecido biológicamente. “El mangle está fortalecido, existe cobertura vegetal en toda la superficie del estero y eso contribuye a la biodiversidad que en él habita”.
Durante estos 22 años, con referencia al estero, no todo han sido malas noticias, sino también que ha crecido su área de conservación, pasando de 169 a 208 hectáreas, permitiendo también la investigación científica en su interior.
De la misma manera, al exterior del estero existe programas como “Aventúrate en El Salado”, el cual que se dedica a la educación ambiental, para crear conciencia sobre este ecosistema que continúa amenazado.
Desde principios del 2021 el gobierno del estado anunció la inversión de 25 millones de pesos para la replicación del estero El Salado que, a, grandes rasgos, contempla el acondicionamiento del acceso del área natural protegida, rehabilitación de muelles y torre de observación, así como la colocación de una barda perimetral, sin embargo, desde finales del año pasado las obras están detenidas por falta de recursos y eso, aunado a la burocracia, mantiene cerrado este lugar.
“Estamos cerrados, no por las obras, sino porque no se han actualizado los permisos para las embarcaciones y, con ello, reanudar los recorridos”, detalla el biólogo de profesión, quien considera que en los próximos meses podrían reabrir en su totalidad.
Aunado a esta situación, el personal que labora en El Salado, no ha recibido su salario durante todo el año, no obstante, celebraron el 22 aniversario del estero realizando lo que cada día hacen, trabajar, limpiando este riñón, pulmón y corazón de la Bahía de Banderas.
