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¡Campeones! Los Warriors recuperaron el trono

California (ESTO).- De la mano de un Kevin Durant inconmensurable, los Warriors de Golden State se quitaron los fantasmas del año anterior y derrotaron 129-120 a los Cavaliers de Cleveland, para liquidar las finales con un contundente 4-1 y convertirse en los nuevos campeones de la NBA.

El triple monarca del Oeste se coronó por quinta vez en su historia, la primera como local en el Oracle Arema, y terminaron los playoffs con una nueva marca histórica de 16-1. La fiesta es “Guerrera”.

El intentar dar el segundo paso en vía de su hazaña, obligaba a que Cleveland mantuviera la inercia positiva del juego anterior. Con la presión de que una mala noche les costaría el trono en la NBA, la visita entró a la duela con la intención de romperle una racha de ocho juegos de postemporada sin derrota de Golden State en casa.

Los 19,596 aficionados que abarrotaron el Oracle Arena se hicieron sentir a lo largo de los 48 minutos de acción. En una jornada que quedará marcada en lo más alto de la historia de la franquicia y donde el triple campeón de la Conferencia Oeste los necesitaba más que nunca para evitar repetir la catástrofe del año anterior.

Desde el salto inicial, se trazó la línea por la que iba a dirigirse la batalla. Ambas quintetas disputaban el balón con la vida por delante, no se guardaron nada.

Los ‘Cavs’ fueron los primeros en dar la cara. Así sacaron ocho tantos de ventaja durante el primer cuarto. Y aunque Zaza Pachulia les otorgó varias segundas oportunidades con rebotes ofensivos, fue hasta que vio acción el suplente estrella Andre Iguodala que a los Warriors se llenaron de confianza. Y lo hicieron con la misma fórmula que les dio el campeonato en 2015.

Iguodala brilló en ambos lados de la duela, se encargaba de LeBron a la defensiva, como su eterna “kryptonita”, y castigaba a su rival con volcadas al otro costado. Esta película ya se había visto en Golden State.

A la mitad del segundo parcial, los “Guerreros” tuvieron una racha de 17-2 para ponerse en ventaja y sacar una diferencia de hasta 16 unidades, la máxima de la noche. La frustración invadió al actual monarca de la liga, víctimas de una doble falta técnica que estuvo a punto de llegar hasta los golpes entre Tristan Thompson y David West.

Con el público de pie y todo en contra, Cleveland iba a reaccionar sobre el final de la primera mitad con James y J.R. Smith como bastiones.

Tras el descanso, el juego dio un giro de 360 grados. O al menos sobre el inicio.

Con más intensidad que baloncesto, los ‘Cavs’ fueron poniendo el panorama a su favor. Las penetraciones de Lebron, los tiros de larga distancia de J.R. Smith y las bandejas de Thompson, trajeron de vuelta a su equipo.

Sabían que era su última oportunidad y no la iban a entregar tan fácil.

Pese al dominio visitante, el explosivo ataque local respondía a su ritmo. Con algunas seguidillas ofensivas que los mantenía por delante. A Durant, Curry, Thompson y compañía no se les puede detener, limitar era el objetivo de los pupilos de Tyronn Lue. Y tampoco lo consiguieron.

Así fueron transcurriendo los minutos en el Oracle Arena. Hasta que “Durantula” lo decidió. Hasta que se cansó. El estelar escolta de los Warriors ha sido la clave de estas finales, la diferencia de una serie igualada del año pasado y una dispareja en este 2017. Sus más de dos metros son indefendibles para cualquier perimetral de la liga, lo han sido en sus ocho años previos en la NBA y lo es hoy en día donde es el jugador más determinante del juego.

De sus palmas han salido las canastas claves. Las del campeonato, el quinto en la historia de la franquicia, y el primero en su palmarés personal. El del MVP.

Por más que Cleveland iba a lograr colocarse a cinco puntos, el final estaba decidido. Kevin en los momentos de apremio y Curry y Thompson en la “chiquita”, le dieron la última daga en el corazón del campeón. Ahora hay un nuevo campeón, los todo poderosos Warriors de Golden State.

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