Home Super Banner 728×90
Cintillo 980×55

Advierten sobre ‘duelos’ patológicos; pueden orillar al suicidio

Ciudad de México (Excélsior).-  Si un proceso de duelo se prolonga por más de seis meses es necesario solicitar ayuda profesional, debido a que en el doliente se podrían presentar casos de estrés, cuadros de depresión y hasta generar el suicidio, advirtió la asociación Voz Pro Salud Mental Ciudad de México.

De acuerdo con información estadística recabada por el grupo de expertos, se informó que “un duelo común dura entre seis y doce meses, en los que la persona atraviesa tres fases principales hasta recuperar su funcionalidad y un buen estado de ánimo. Cuando este tiempo se extiende, el duelo se vuelve patológico, el doliente queda estancado en la pérdida, y muy probablemente deberá solicitar ayuda psicológica o psiquiátrica”.

En el mundo, en promedio el 5 por ciento de las familias pierde un integrante al año. En México, en 2014, el Inegi tuvo el registró 633 mil 641 defunciones.

UN DUELO ‘SANO’ Y UNO PATOLÓGICO

Voz Pro Salud Mental CDMX se dio a la tarea de identificar las distintas fases de un duelo.

1. Negación
Ante la noticia del fallecimiento de un ser querido, la mayoría de las veces el doliente tiene como primera reacción, el desconcierto y la negación. Se muestra incrédula hacia el evento pensando que se trata de un sueño o que tal vez hayan confundido al difunto con otra persona. “Esta fase tiene como función paliar el dolor, pero con el tiempo, la realidad se impone y la negación se vuelve imposible”.

2. Depresión
La persona ya no puede negar el evento y predominan reacciones que se asemejan a los síntomas de un episodio depresivo, como pérdida del interés, tristeza y llanto. Pueden aparecer sentimientos de culpa relacionados con la creencia de que no se hizo nada para impedir el fallecimiento del ser querido, que no se le dieron los cuidados suficientes, o que la propia actitud hacia el difunto no fue la mejor.

Es muy común el sentimiento impotencia ante esta situación que no se puede revertir, “así como los sentimientos de ansiedad, en especial cuando existía una dependencia hacia el difunto, sentimientos de ira hacia los familiares por no haber impedido el suceso o hacia la persona fallecida por haberse ido e incluso, la persona puede tener dificultades para tomar decisiones, trabajar o realizar sus tareas cotidianas. La visión a futuro se acorta”.

3. Aceptación
Es la fase final, donde el doliente acepta que su ser querido se ha ido y no volverá. Los sentimientos de depresión disminuyen y la persona recupera paulatinamente su nivel de funcionalidad.

DUELOS PATOLÓGICOS Y FACTORES DE RIESGO

Los expertos identifican varias fases de duelos patológicos…

Cuando el doliente se queda en la fase de negación “puede insistir en que su familiar no ha fallecido o estar consciente de la pérdida, pero actuar como si el difunto siguiera con vida, por ejemplo, dejando su lugar en la mesa o manteniendo su recámara intacta”. Aunque hay quienes creen ver rasgos del ser ausente en otras personas; pero también hay quienes adoptan el estilo de vida de la persona que partió antes de tiempo.

Si el doliente se queda en la segunda fase, el duelo evolucionará en una depresión. La persona seguirá presentando estos síntomas de manera crónica, tenderá al aislamiento y no recuperará su nivel de funcionalidad.

Varios expertos afirman que el 10 por ciento de los duelos se vuelven patológicos. Si estos no son tratados, pueden prolongarse por años, e incluso durar toda la vida. El aislamiento puede alejar al doliente de sus familiares. La depresión puede dificultarle el estar a la altura de las exigencias sociales, volviéndose un factor discapacitante. Los familiares cercanos se pueden mostrar incomprensivos ante su situación.

Otras consecuencias pueden ser la aparición de síntomas psicosomáticos, un trastorno de estrés postraumático, el consumo excesivo de sustancias, o incluso, el suicidio.

Se dice que la persona es otra variable, una muerte natural provoca menos impacto que una violenta. O, cuando se trata de una muerte por enfermedad terminal, el doliente tiene más tiempo para preparase. Por otro lado, asistir al funeral y ver el cuerpo del difunto, o tener una confirmación de que éste ha muerto, ayuda a superar la fase de negación.

Por otro lado, las personas con trastornos psiquiátricos tienen mayor dificultad para sobreponerse al duelo, en especial cuando presentan un diagnóstico de depresión.

«El estudio Beyond normality in the study of bereavement: Heterogeneity in depression outcomes following loss in older adults, publicado en 2012 en la revista Social Science & Medicine, encontró que las personas con depresión que no son tratadas muestran una mejoría en el duelo hasta después de cuatro años”.

Otros factores son haber tenido pérdidas anteriores; afrontar problemas paralelos -financieros, laborales, familiares, judiciales-; la edad del doliente (el duelo es más intenso en niños y en adultos mayores); o haber sido expuesto a situaciones violentas.

Related posts

error: Derechos Reservados Paralelo Informativo