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Los negocios de Trump, en el centro de su campaña

Washington, EE. UU. (The Washington Post) Con su sueño de llegar a la Casa Blanca cada vez más incierto, el candidato republicano, Donald Trump, puso el miércoles su imperio empresarial al centro de su campaña política. Tomando un descanso de la campaña en estados reñidos, Trump dijo al inaugurar su nuevo hotel que todos los estadounidenses deberían ver su historial como empresario para darse cuenta de cómo gobernaría el país.

Hillary Clinton coincidió, pero no de la manera a la que él se refería. La ex secretaria de Estado aprovechó eventos de campaña en Florida para atacar a su rival republicano por haber “estafado a los trabajadores estadounidenses”, ya que —dijo— él construyó su imperio con acero manufacturado en China, productos extranjeros y mano de obra de inmigrantes que viven en el país de manera ilegal.

“Donald Trump es el ejemplo perfecto de todo lo que está mal con nuestra economía”, dijo Clinton a varios cientos de simpatizantes en Tampa, Florida. “Se rehúsa a pagar a los trabajadores y contratistas”.

Las aspiraciones políticas de Trump siempre han estado profundamente entrelazadas con la promoción de sus metas corporativas. El magnate anunció el inicio de su campaña en el vestíbulo de la Torre Trump de Manhattan y ha tenido docenas de eventos de campaña en sus propiedades. Sus declaraciones al inaugurar su hotel en Washington, el cual ha tenido problemas en llenar los cuartos en medio de controversias sobre su campaña presidencial, ocurrieron después de que el martes visitara su campo de golf Doral, en las afueras de Miami.

“Por debajo del presupuesto y antes de tiempo. Muy importante. No escuchamos esas palabras muy a menudo, pero ustedes las van a escuchar”, dijo Trump, vinculando las labores en el hotel con lo que, promete, sería su desempeño como presidente. “Hoy tenemos una metáfora para lo que podemos lograr en el país”.

Aunque el candidato centró sus comentarios en su mensaje político, el evento estuvo cargado de promoción de sus negocios. Parados bajo candelabros, altos ejecutivos de la compañía, incluida su hija, elogiaron el hotel y los éxitos de la firma. Tras unas breves declaraciones políticas, Trump y su familia se dirigieron al enorme vestíbulo, donde cortaron una cinta con tijeras doradas, antes de volar a Carolina del Norte para lo que, refirió la campaña, era un discurso sobre política urbana.

Mientras Trump cortaba la cinta, Clinton estaba criticando sus prácticas comerciales en Florida, estado que él debe de ganar para tener posibilidades de llegar a la Casa Blanca.

El inusual itinerario ocurre en medio de indicios de que la campaña ha dañado su marca corporativa. Alimenta además los temores republicanos de que Trump ha comenzado a enfocarse en sus planes postelectorales.

 

Con Información del Economista

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