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El papel de México: ¿un mediador entre EU y Corea del Norte?

Ciudad de México, (Expansión).- Antes de que un conflicto armado pueda estallar, México puede actuar por dos vías: la primera es buscar bilateralmente y en foros internacionales una solución pacífica de las hostilidades, y la segunda es realizar labores coordinadas de defensa con Estados Unidos.

“Uno de los principios de la política exterior mexicana es la búsqueda de la resolución pacífica de los conflictos”, explica el académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Jesús Gallegos, en entrevista con Expansión.

México ya ha dedicado esfuerzos diplomáticos para que las dos Coreas lleguen a un acuerdo de paz, pendiente desde el fin de la Guerra de Corea en 1953, explica el profesor-investigador del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, Abelardo Rodríguez Sumano.

“La misión diplomática, en el contexto de las dos Coreas, es impulsar una salida diplomática, una salida a favor de la paz en las relaciones de las dos Coreas y en las relaciones de México con Corea del Norte. Se ha realizado un trabajo muy importante de cabildeo a favor de la resolución pacífica del conflicto”, explica Rodríguez Sumano.

Sin embargo, las acciones diplomáticas de México solo pueden quedarse en buenas intenciones si no existe una coordinación con la lucha de otros países en los foros internacionales, señala el coordinador del Programa de Estudios Asía Pacífico del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Ulises Granados.

“Como Estado en la comunidad internacional, como Estado solo, México tiene muy poco margen de acción. Multilateralmente, lo que México puede hacer es sumarse a las condenas de la ONU en contra del programa de misiles y el programa nuclear de Corea del Norte, y mostrar su apoyo a las resoluciones del Consejo de Seguridad”, destacó.

En términos de defensa, México debe continuar su cooperación militar con Estados Unidos, indican los especialistas.

“Debe haber un área de coordinación de áreas coincidentes entre las fuerzas armadas de Estados Unidos y las fuerzas armadas mexicanas para monitorear y anticiparse a cualquier actividad en las aguas de Pacífico, ya sea en el Pacífico profundo o en la zona cercana al continente”, explica Rodríguez Sumano.

En las últimas semanas, representantes de las fuerzas armadas de Estados Unidos, México y Centroamérica se reunieron en Cozumel “para dar cuenta de los peligros que representan algunos factores asimétricos, como pueden ser las pandillas, los cárteles y por supuesto, grupos militares provenientes de otras regiones”, explica el académico de la UNAM.

El especialista en estudios internacionales de la Ibero indica que si bien hay una relación estrecha entre el Ejército mexicano y el estadounidense, esta contingencia es una llamada de atención para que las secretarías de Defensa y de Marina realicen de manera más consistente sus monitoreos.

Además, México debe reforzar sus mecanismos de ciberdefensa, para evitar la intervención de fuerzas extranjeras en sus sistemas de seguridad, indica Gallegos.

UN RIESGO LATENTE

Si bien, el nivel de hostilidades en la zona de la península de Corea ha subido en las últimas semanas y ha ocupado cada vez más espacios en la prensa internacional, los especialistas consultados coinciden en que el inicio de una guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte aún es lejano.

“Aunque sí hay armamento nuclear, la posibilidad no es muy alta porque no hay vuelta para atrás A pesar de que el régimen de Corea del Norte es muy peligroso, el líder norcoreano (Kim Jong Un) es una persona que al fin y al cabo toma decisiones de forma racional”, explica el investigador del ITAM.

El programa nuclear norcoreano tiene como principal objetivo obligar a Corea del Sur, país aliado de Estados Unidos, a firmar un acuerdo de paz.

Mientras que el envío de submarinos y portaaviones estadounidenses a la península coreana responde a una estrategia de diplomacia coercitiva por parte del gobierno de Donald Trump.

“En otras palabras, están enseñando los dientes, pero no quieren morder”, resume Granados.

Sin embargo, los especialistas recordaron que tanto Kim Jong Un como Donald Trump pueden ser impredicibles.

“Este sería un conflicto en el cual pierden todas las partes y esto es lo que puede hacer que no se dé, pero no estamos hablando de actores racional, sino de dos seres altamente irracionales Trump y Kim Jong Un”, asegura Rodríguez Sumano.

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