Por David Díaz
Puerto vallarta, Jal.- La edición número 26 del Torneo de Verano de tenis o Copa Siete Leguas, llegó a su fin, con el triunfo por segundo año consecutivo del profesional Eduardo Orozco, que venció en la final a su similar y ex campeón nacional Marcelo Amador, un partido que se pospuso en dos ocasiones por mal clima.
Durante los cinco días de competencia, los resultados de las finales en las diferentes categorías fueron en dobles amateurs AB las siguientes, Santiago Villa y Hugo Herbert pasaron por encima de Salvador Gómez y Alejandro Gavilanes con sets de 6-3 y 6-1. En niños de 10 y menores, el ganador fue Isaac Padilla, en 14 y menores Andreé Rodríguez, y en 16 y menores el campeón fue Lance Amauri. En damas de 12 y menores, la ganadora fue Michelle Aceves, en 16 y menores Mae Karenina Güereña. En novatas amateurs Josefina Nava triunfó ante Juanita Preciado por sets de 6-1 y 6-0.
En el caso de la categoría amateur A, resultó ganador Hugo Herbert con marcadores de 6-4, 3-6 y en muerte súbita 10-8, venciendo a Santiago Villa. En la final B, fue Alejandro Gavilanes quien en dos sets de 6-2 y 6-3 pasó por encima de Emanuel Patiño. En la C, René Rubalcaba ganó con marcador de 6-3 y 7-5 a Antonio Hernández, y por último en la D, José Reynaldo superó a David Valencia por 4-6, 6-2 y 10-8.
Finalmente este domingo y luego de varios retrasos por lluvia, Martín Parra, el mayor promotor del tenis vallartense, premió al ganador de la final de profesionales, en la que se enfrentaron dos top nacionales y ex campeones dentro de la Asociación Mexicana de Tenistas Profesionales., La institución estuvo representada durante estos días por su titular Javier Gaitán, (evento que además forma parte del circuito nacional de tenis en Jalisco). Ellos son Marcelo Amador y Eduardo Orozco, quien luego de un primer set cerrado y que se fue hasta muerte súbita con un 7-5 a favor del actual campeón, finalizó una hora después con el con marcador de seis a cuatro, lo cual dio el segundo campeonato consecutivo a Orozco, que mostraba al igual que su contrincante fuerte cansancio gracias al calor y humedad que emanaba de la cancha luego de las lluvias y una temperatura promedio de 34 grados.
