Por David Díaz
Puerto Vallarta, jal.- Cuando algunos países del primer mundo ya comienzan tomar en cuenta los discursos sobre la movilidad urbana en el tema del motociclismo, México y por supuesto Puerto Vallarta, ya resienten la situación del tráfico vehicular ante un crecimiento impresionante de registro de motos, es ahí donde la discusión comienza, y es que los argumentos positivos de su existencia, ante los números negativos son un real debate a discernir.
Por ejemplo, si bien los últimos años la movilidad urbana en Europa se ha convertido en el centro de discusiones entre las autoridades municipales, ante la cantidad de gente que se aglomera como población en las ciudades generando economía, pero también tráfico vehicular creciente, que crea terribles caos y perdidas de tiempo en las calles, además de la contaminación inexorable, llega la pregunta si es que la motocicleta nació para solucionar problemas.
Este medio alternativo se potenció ante la gran cantidad de cualidades de movilidad que ofrece, el poco consumo de combustible, facilidades en el entrono urbano, rapidez y comodidad, además de la menor producción de contaminantes en comparación con los automóviles y el transporte público, sin duda una extraordinaria opción para millones, a la que se agrega el precio de cada una de ellas.
El tema importante en Puerto Vallarta, como en cualquier ciudad del país o del mundo, es la reglamentación, educación y cultura de los conductores de estos vehículos de dos ruedas (se incluyen las bicicletas), y esto encierra también a todo vehiculo automotor que transita por las calles de cualquier población, ya que el objetivo es modificar la actitud global de los usuarios y generar el respeto entre todos.
Para todo ello es necesario un análisis exhaustivo de cada entidad, cada ciudad es absolutamente particular, ya que el fenómeno de la demografía creciente de motociclistas es diferente a la de los automóviles por un cuatro a uno al menos , y esto invita a realizar a las autoridades de cada zona, a entender este tema de dos caras y reflexionar sobre sus objetivos y definir políticas públicas de movilidad, antes de tomar decisiones radicales como las que en muchas partes del mundo se informa, como el que una ciudad sostenible no debería estar llena de motos, o mas radical, que se prohíban en su totalidad.
En pocas palabras la motocicleta hoy en día es indisoluble de la movilidad urbana, por tanto se deberán tomar en cuenta los datos que una comunidad como Puerto Vallarta y la conurbación con Riviera Nayarit, exigen para que se realicen nuevas políticas de movilidad.
Los números son simples, mientras que en el año 2015 en Puerto Vallarta fueron realizados 566 operativos, “levantando“ 456 folios y deteniendo 84 motocicletas por diversos temas como la falta de placa, licencia o tarjeta de circulación, o el mismo uso de cascos, además de cifrar 500 casos de accidentes viales, hasta lo que va del año 2016, se han detenido en el destino 481 motocicletas, con el mismo número de folios y los accidentes suman ya 309, faltando solo tres meses del año, números que muestran el problema que se avecina.
Por otro lado en el tema del alcoholímetro en el caso de los motociclistas este año, también esta cerca de superar al del 2015, ya que hasta el mes de septiembre eran 16 motociclistas detenidos por conducir ebrios de los 20 del año pasado, otro dato que llama la atención ante la gran cantidad de motociclista en Vallarta.
Vallarta cuenta con poca educación vial, aun podemos ver vehículos estacionados en el carril izquierdo de las avenidas, personas que se estacionan en doble y hasta triple fila solo por no caminar cien metros, conductores que no usan sus espejos y luces laterales, motociclistas que rebasan entre los autos, todos ellos también pasando las luces rojas de los semáforos con singular tranquilidad, familias enteras sobre los motores de dos ruedas sin casco, pero además todos faltando al respeto a los reglamentos sin ninguna amonestación.
Los números no mienten, la autoridad tiene un gran trabajo por realizar, pero también la sociedad necesita de una gran inyección de educación vial y respeto por la vida, el respeto a los autos por parte de los motociclistas y viceversa, Vallarta está a tiempo de una revisión de los reglamentos y la aplicación de ellos, quizá será momento de acciones más radicales para los conductores que infrinjan la ley, como ha ocurrido en las grandes ciudades de México.
