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Túnel por donde se escapó ‘El Chapo’ sigue ‘vivo’ y afecta a vecinos

Ciudad de México. (Milenio).- A siete años de que Joaquín El Chapo Guzmán atravesó mas de 1.6 kilómetros desde el penal del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, para lograr su libertad (la cual le duró pocos meses), las secuelas de su fuga siguen causando estragos en la zona.

Múltiples visitas, trabajos de autoridades, patrullaje de la Guardia Nacional y nerviosismo del gobierno han causado un calvario a Don Lauro Colín, dueño de 23 hectáreas a la redonda del Centro Penitenciario. Hace años, este agricultor vendió una parte del terreno, que terminó utilizando el narcotraficante, sentenciado en Estados Unidos, para evadirse de la justicia; sin imaginarse que terminaría con un vecino incómodo, del cual aún se lamenta.

MILENIO pudo atestiguar que la salida del túnel sigue ahí, en esa casa que trascendió con imágenes de una procuradora General de la República, Arely Gómez, recorriendo el lugar con desconcierto y cierto asombro.

Existen dos advertencias para llegar a la casa que se encuentra ya ubicada por Google Maps con el título “El túnel del Chapo Guzmán”: el primero es de Don Lauro, que especifica que se está introduciendo en propiedad privada, “prohibido el paso”, se lee.

El segundo es el único que sobrevive de la autoridad federal, pues restos de otros sellos se observan alrededor de la propiedad:

“Bien inmueble en administración: la disposición o apoderamiento de este bien sin autorización legal son delitos sancionados por los artículos 285 y 395 del Código Penal Federal por lo que cualquier persona que sea sorprendida tratando de introducirse o generando anomalías será puesta a disposición de las autoridades correspondientes”.

A nuestra visita, de inmediato llega Javier López, yerno de Don Lauro, y su hijo, quien se dice vigilante del lugar. Reconocen estar “hasta la madre” de las visitas, pero luego de un rato acceden a platicar.

Recordó parte de lo que pasaba previo a la fuga: “venían ahí unas personas, unos albañiles que fueron los que estuvieron construyendo y eran personas humildes, no se veía nada raro, nada, nada y una camioneta roja que era la que venía a darles vueltas, venía a diario, eso era todo el movimiento que había cuando estaban construyendo”.

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