Reynolds llegó al cine de forma peculiar, en un movimiento del que hoy se sentirían herederos los youtubers. A los productores de Hollywood les llamaba la atención que un actor de televisión, que podría haber sido jugador profesional de fútbol americano hasta que se lesionó una rodilla en la universidad y otra en un accidente de coche, apareciera en tantos programas de televisión y con tanto éxito.
Nacido en 1936 en Lansing (Michigan), a inicios de los cincuenta debutó en el teatro en Nueva York y Joanne Woodward le ayudó a encontrar un agente. Sin embargo, su carrera no despegaba y trabajó de lavaplatos, como conductor de camiones, de camarero… hasta que encontró acomodo en la televisión. Y ahí demostró que tenía algo: caradura, guapo, tipo sobrado que sabía reírse de sí mismo, todo ello le hacía popular a ojos de los presentadores de programas televisivos de entrevistas, hasta el punto de que uno de sus mejores amigos fue Johnny Carson. Con casi cuarenta años, y tras haberle rechazado tres lustros antes, Hollywood le abrió sus puertas para Deliverance.
Tras convertirse en uno de los actores más apreciados del público con comedias como las antes mencionadas o Los locos del Cannonball; Hooper, el increíble, Por fin, el gran amor, los ochenta le devolvieron a la televisión.
Otros como Jack Nicholson sacaron partido a personajes que rechazó, como el de La fuerza del cariño (1983). También con el tiempo consideró que uno de sus mayores errores vitales fue no casarse con Sally Field, con la que salió entre 1977 y 1982. Field acabó dejándole y Reynolds se emparejó en 1988 con otra actriz, Loni Anderson, con la que vivió un sonoro divorcio en 1993.
Tras convertirse en uno de los actores más apreciados del público con comedias como las antes mencionadas o Los locos del Cannonball; Hooper, el increíble o Por fin, el gran amor, los ochenta le devolvieron a la televisión. Otros como Jack Nicholson sacaron partido a personajes que rechazó, como el de La fuerza del cariño o el de Alguien voló sobre el nido del cuco. También con el tiempo consideró que uno de sus mayores errores vitales fue no casarse con Sally Field, con la que salió entre 1977 y 1982.
En la última década siguió trabajando y aún no confirmó si pudo completar su colaboración con Tarantino en Once Upon a Time in Hollywood, en la que encarna al ranchero George Spahn, que alquilaba sus terrenos para rodajes. En una película que bebé del viejo Hollywood, ambientada en Los Ángeles en 1969, su aparición sería mítica con su guiño final a una larga carrera.