Ciudad de México (El Economista).- Ninguna otra fiesta cuenta con tanta participación como la celebración del Día de Muertos, “se trata de uno de los festejos de mayor trascendencia, pues es una fiesta con orígenes populares, donde se unen nuestras más antiguas tradiciones con procesos de mestizaje e irrigación cultural. Esto lo transforma en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”, dijo Lourdes Berho Corona, directora del Consejo de Promoción Turística de México en la presentación del programa de esta celebración en la Ciudad de México.
Ésta es una tradición ancestral que ha sido distinguida por la UNESCO desde el 2003 como patrimonio oral e intangible de la humanidad. Por ello, el secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín, aseguró que esta fiesta se multiplicará por todo el territorio capitalino y promete convertirse en una de las más grandes fiestas de América Latina. “Este año tomará una dimensión mucho más completa y será determinante para lo que se pretende en un futuro, será una nueva manera de celebrar el Día de Muertos en la ciudad”.
Para lograr esta fiesta participan 10 secretarías de la Ciudad de México, todas las delegaciones, la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Panadera, todas las delegaciones, 15 instituciones, universidades públicas y privadas, la fundación del Centro Histórico, colectivos, participaciones artísticas individuales, museos, medios de comunicación y público en general.
La fiesta tendrá como epicentro el Zócalo capitalino y de ahí las actividades se distribuirán por todo el territorio.
Con la ofrenda creada por Betsabeé Romero se hará un gran homenaje a nuestra ciudad lacustre y la importancia del agua en la que participan una gran variedad de artesanos, además “por cada rincón habrá una celebración; mariachis, banda sinfónica, ballet, ensambles, desfiles, orquestas, huapangueros, danzas, grupos para niños, pan de muerto, talleres y el magno desfile, son apenas algunas de las muestras artísticas y culturales que se estarán presentando en el corazón de la ciudad”.
Por su parte, Romero aseguró que la capacidad de unirnos a través de un canal simbólico, que es la muerte, es una oportunidad única que ha sobrevivido a colonizaciones, mestizajes, atravesando el país e incluso fronteras. Dijo que la capacidad de celebrar más allá de los problemas es una manifestación que en muchas culturas se está extinguiendo y merece una dignificación.
Sobre su instalación, hizo hincapié en que es una exposición que se recorre a pie y a escala de todos los visitantes.
El objetivo es “que la gente participe y que el mensaje culmine con nombres, mensajes, frases y objetos para que la memoria no se borre y nos permita recordar lo verdaderamente importante”.
A este evento se agrega el paseo nocturno Noche de Muertos en Bicicleta, el cual ya es tradición y espera alrededor de 100,000 personas, para romper su propio récord. En ese mismo evento habrá concurso de disfraces que tendrán que ser dedicados al Día de Muertos y se unen a los eventos del Bosque de Chapultepec.
El magno desfile
Con el Magno Desfile arrancan las actividades; éste partirá del Ángel de la Independencia hasta el Zócalo y está programado para el día 29 de octubre y tendrá tres grandes momentos o capítulos: el viaje al Mictlán, la muerte niña y pal panteón.
Así, dioses del inframundo, un gran tzompantli, bailarines, perros xolotl, alebrijes, grandes catrinas, músicos y distintos personajes estarán presentes en este recorrido.
El secretario de Turismo de la CDMX aseguró que las naciones que mejor preserven su medio ambiente, su identidad histórica, cultural y gastronómica serán los países que habrán de participar de manera plena en la derrama económica del turismo.
Bajo esa perspectiva, anunció que la apuesta sobre el desfile es grande: “Es un evento que debe trascender para que, en un mediano plazo, junto con el Carnaval de Río de Janeiro, sea uno de los más importantes de América Latina”.
Siendo la Ciudad de México la más visitada del país, se esperan más de 164,000 turistas para estas fechas, 132,000 nacionales y 32,000 extranjeros, sin contar a los viajeros que se hospedan en casas de familiares o vienen de paso, lo que generará una derrama aproximada de 963 millones de pesos.
