Guadalajara, Jal. (Reporte Jalisco y Milenio).- La Megamarcha de Guadalajara fue civilizada, pacífica, y contó con una asistencia superior a las 10 mil personas, de acuerdo a apreciaciones de las corporaciones de auxilio, municipales y estatales.
Se dispuso de un operativo de seguridad y se contó con autoridades de la policía de Guadalajara, la Fiscalía del Estado, así como
Protección Civil y Bomberos tapatíos, y la
Secretaría de Movilidad, para coordinar las
acciones de seguridad.
La manifestación se distinguió por las consignas al Gobierno Federal por el incremento al costo del combustible y partió de la glorieta Minerva y circuló a contraflujo por la avenida Vallarta hasta la Plaza Liberación.
En el trayecto se apreció a más de 200 establecimientos que bajaron sus cortinas para evitar saqueos, aunque una de las consignas más recurrentes fue, ‘en Jalisco no robamos, nos manifestamos’.
Otros manifestantes clausuraron simbólicamente el Congreso del Estado, y mientras estaban en trayecto, de manera paralela, se registró una manifestación en Casa Jalisco, y otras réplicas en Tonalá, Tala, San Sebastián el Grande, y Sayula.
Ahí, en Casa Jalisco un grupo de alrededor de 50 manifestantes pacíficos manifestaron su descontento por el incremento al costo de la gasolina, donde clausuraron de manera simbólica el recinto de gobierno donde habita el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.
Integrantes del Congreso Nacional Ciudadano entregaron un pliego petitorio que fue recibido por el director de Desarrollo Político y Atención a la Problemática del Estado Javier Lechuga, en el que se expresó:
«En las manos de Aristóteles y del Congreso del Estado está el eliminar cuando menos esos 38 centavos del (del IEPS) por litro de gasolina. Estamos exigiendo esto a nivel nacional. No vamos a parar».
Después de la llegada de los contingentes, los asistentes se fueron dispersando a lo largo de la Plaza Tapatía; al filo de las 13:30 los comercios del Centro Histórico fueron abriendo.
