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Sube y baja…

Por Jason Vásquez

Terminaban las clases y solíamos correr en tropel a los juegos que estaban frente la escuela Albino Garcia. Por el color verde del uniforme nos delatábamos de inmediato como invasores extranjeros llegados de: la República Popular de Polonia...

Jamás intuí mientras estudiaba ahí que muchos años después la madre de mi segundo hijo, me conectaría con esa línea de sangre judía, Poland sobrevivientes de Auschwitz... 

¿Y la guerra?

Amigo, la guerra la declarábamos con sólo una tiza de gis y un círculo pintado en el suelo...

-Declaro la guerra en contra de mi peor enemigo que es...(Estados Unidos era nuestro principal objetivo en la Milicia de quinto grado de primaria)


No había en el círculo lugar para Bagdad, Terán, Bosnia, que yo recuerde...

Jamás escribimos, Manila, Nicaragua, Kosovo, Malvinas, Israel (Israel siempre fue un nombre, jamás un país).

Pues ya te cuento, íbamos hasta allá a esperar a que tocara nuestro turno, porque entre volantines y resbaladillas, el motivo primordial por el cual nos aventurábamos a las tierras de los suéteres rojos, era justo por el "sube y baja".

Aún no entendíamos aquella ley física de todo lo que sube tiene que bajar (pero la practicábamos a diario), sólo nos dedicábamos a desaprender lo aprendido y a hacer la guerra por supuesto...

-Declaro la guerra en contra de mi peor enemigo que es...

Colombia, Argentina, Cuba...

Cualquier país que fuera "Americano"

Jamás escribíamos:

Francia, Roma, Reino Unido...

El único país europeo incluido en nuestro círculo bélico era España. Pero vamos,
¿còmo no hacerle la guerra a los gachupines? si desde el kinder te enseñaban que era obligado combatir a los conquistadores, aquellos que mancillaron a Tonatzin y nos heredaron una perfecta raza mestiza de hijos de la chingada...(mientras ellos nos heredaron la raza, nuestra familia se encargo de heredarnos un odio absurdo hacia los mismos).

Eso repetían una y otra vez, nos conquistaron...

Pero a diferencia de ellos, nuestra independencia la vivìamos con cuetitos de papel colorado, buscapiés, cañones que en sus explosiones de barrio nos remitían el eco de un país que nunca ha terminado de ser el patio trasero de todos, la "caja chica" de los inversionistas, libaneses, españoles, ingleses, canadienses y hasta de los chinos, que ahora son tantos que van por el mundo disponiendo de cada comercio, (para llenarlo con aquello que fabrican otros tantos millones de chinos).

Pero la guerra se posponía justo en el momento en que descubrías que acababan de dejar libre el sube y baja, si tenías suerte y corrías lo suficientemente rápido podías alcanzar uno de los dos únicos extremos. Y no importaba quien estuviera del otro lado , que más daba si era Alderete o el mono Quezada...

Sólo importaba esa sensación de quedar suspendido por segundos en el aire, para después bajar con vértigo y levantar una ligera capa de polvo de colonia clase media...¡Qué importaba quien estaba del otro lado, si lo único que hacía falta era un rostro de júbilo y gozo idéntico al tuyo!


Eran los ochentas y nos creíamos libres...

Aún no se estilaba entrar a un concierto en plena capital parisina e inmolarse con granadas al ritmo de: "La chanson de l'époque de la Peur"

No teníamos internet que nos bombardeara cada dos segundos con niños, niños Bonzo, niños carne del Oriente Medio.

Sólo arriba y abajo, arriba y abajo...


Sin imaginar que más adelante les lloverían bombas del cielo, sin imaginar que descubriríamos más tarde otras "alturas". Porque después, todo era ver quien llega más alto, ver quien muere de prisa.

Añoro los días del Sube y Baja de mis seis años de primaria. Porque justo ahí aprendí que las personas son permanentemente pasajeras, y que bastaba un balde de agua arrojada al piso y borrar el círculo para que la guerra terminará.

Declaro la guerra en contra de los asesinos capitalistas de los países soberanos que son:

Vallarta, Noviembre...
Cuando se habían oxidado los juegos de los parques, de todas las infancias. 


Blogguer: De las cosas sencillas.
Twitter: @jasonpata
Contacto: jasonvasquezmarketing@gmail.com

Del autor:

Jason Vásquez es: 
Clown (conocido), Músico (desafinado), Dramaturgo (incipiente), Escritor (de baqueta) y Director del Festival internacional de Circo, Comedia y Artes de la Calle VIDAFEST y de la Compañía Pata de Perro, desde hace veinte años.

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