Quito, Ecuador (Agencias).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, destacó hoy la unidad delpueblo para afrontar las consecuencias del terremoto que hace un mes a soló zonas del norte de la costa del país, y al que catalogó como «la peor tragedia» de las últimas siete décadas en la nación andina.
«Hoy exactamente hace un mes nos golpeó la peor tragedia de las últimas 7 décadas. Nuestro abrazo solidario a todas las familias de las víctimas, así como a aquellos que lo perdieron todo en lo material. El dolor es inmenso, pero mayor es la esperanza», escribió Correa en su cuenta de Twitter.
Añadió que ese «desastre probó la fibra del pueblo ecuatoriano, y nos podemos sentir orgullosos».
«Demostramos que somos un país que sabe unirse por encima de las diferencias. Los actos heroicos son incontables. Un país totalmente distinto al de las estériles discusiones políticas cotidianas, o al de las barbaridades que se publican en las redes sociales», añadió.
Informó que esta semana realizará una reunión con su gabinete de Gobierno en la ciudad de Pedernales, una de las zonas más afectadas por el terremoto de magnitud 7.8 en la escala de Richter, uno de los más fuertes ocurridos en el país andino.
«Como una muestra aun mayor de voluntad de salir adelante, hemos decidido ir directamente al epicentro del terremoto, es decir, a Pedernales. Estoy seguro que los compañeros de San Vicente sabrán entender esta decisión», dijo en referencia a la ciudad donde había anticipado el fin de semana que se haría la reunión.
Pese al optimismo de Correa, miles de personas cuyos hogares fueron destruidos y quedaron sin rumbo por las calles, sobreviven hurgando la basura en busca de hierro o de algo de valor para venderlo y no pasar hambre.
Esa es la situación actual de miles de ecuatorianos que fueron afectados por el terremoto que dejó una secuela de 660 muertos, y decenas de miles de personas sin hogar y que viven en albergues, miles de heridos, y una devastadora destrucción que principalmente afectó las ciudades de Manta, Portoviejo y Pedernales, donde apenas dos o tres de sus edificios quedaron en pie.
En Pedernales, una ciudad de 40 mil habitantes cerca del epicentro del terremoto, la reconstrucción es un sueño lejano.
Sólo un tercio de los escombros se han removido de las calles destruidas.
RECONTRUCCIÓN EN MARCHA, PERO LENTA
El gobierno ha elevado los impuestos para financiar la recuperación, pero dice que tomará años para reconstruir las ciudades costeras y centros turísticos destruidos por el sismo.
La Secretaria Nacional de Planificación, miembro del Comité, trabaja actualmente en el levantamiento de información y en la construcción del Plan de Reconstrucción, con el asesoramiento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y las Naciones Unidas (ONU).
Bajo una metodología estandarizada por el Banco Mundial (BM), la ONU y Unión Europea (UE), el plan contempla la evaluación de los daños, levantamiento de necesidades y priorización de la reconstrucción.
Paralelamente y en coordinación con los gobiernos locales, el Ejecutivo ha aplicado varias acciones para atención a los cerca de 30 mil damnificados que permanecen en alguno de los albergues improvisados tras el terremoto.
Adicional a las donaciones efectuadas por la ciudadanía, países amigos y apertura de líneas de crédito, el Ejecutivo propuso la denominada Ley Solidaria, cuyo objetivo es canalizar recursos a través del incremento temporal de 2.0 por ciento al Impuesto al Valor Agregado (IVA).
La normativa, aprobada por la Asamblea y con la que se prevé recaudar más de mil millones de dólares, también incluye contribuciones sobre el patrimonio, utilidades; y, sobre bienes inmuebles y derechos representativos de capitales existentes en el Ecuador.
Pero, además, establece incentivos para las zonas afectadas por el movimiento telúrico.
Esta normativa se suma al objetivo común: apoyar a la reconstrucción y reactivación económica de las provincias de Manabí y Esmeraldas, las más golpeadas por el terremoto del pasado 16 de abril.
Con Información del Excélsior
